Una pequeña hormiguera, que llegó a CORTOLIMA en noviembre de 2013 con apenas 3 días de nacida y con muy pocas probabilidades de sobrevivir por la usencia y cuidados de la madre, un Año después, tuvo la fortuna de regresar a su hábitat natural.
El animal fue rescatado por miembros del ejército nacional en la base militar de Melgar; inmediatamente fue traído a CORTOLIMA en condiciones de salud critica que no garantizaban su supervivencia, “Físicamente la hormiguera se encontraba afligida, fría, con poco pelaje, con hambre, la verdad no creímos que viviera mucho”, afirma Danna Lilian Arias, operaria de manejo nutricional del Centro de atención y valoración – CAV- de la corporación, quien recibió el individuo.

Sin embargo, Danna Lilian Arias, siendo consecuente con los principios de protección a las especies de fauna silvestre, adelantó una búsqueda por diferentes medios de comunicación con otras corporaciones autónomas regionales del país; con el objetivo de encontrar una instituciones especializadas para atención de esta especies. Fue así como encontró la fundación Aiunau, única entidad a nivel nacional que se encarga de la rehabilitación de los Xenartras (hormigueros, perezosos y armadillos) en estado neo nato, niño, adolescente y adulto. El 8 de diciembre de 2013 “La mona” como la decidieron llamar llegó a Medellín a luchar por su vida.
El animal llego a la ciudad de la eterna primavera en condiciones no muy favorables pese a los cuidados y atención especial que se le dio en Ibagué, “El estado era más bien regular, es como si un recién nacido humano se cayera en la calle, la hormiguera tuvo cuidados intensivos 15 días y logramos salvarla”, comentó Tinka Plese, directora de Aiunau y quien sería su “mamá adoptiva” por un año.

Y fue el 13 de noviembre de 2014, que funcionarios de CORTOLIMA y Tinka Plese, iniciaron la labor de liberación de la hormiguera en un bosque ubicado en norte del departamento, actividad que finalizó cumpliendo las expectativas de los liberadores, tan pronto salió de su guacal “la mona” se dejó seducir por la fragancia y el ambiente que solo el bosque le puede proporcionar, entonces sintiéndose en su verdadero hogar y sin olvidar sus instintos trepó rápidamente por un árbol hasta llegar a la copa y perderse de la vista de sus liberadores.

Ese día también recuperaron la libertad 11 tortugas que habían llegado a la corporación como resultado de entregas voluntarias y decomisos, y que ya habían superado el proceso de rehabilitación, ellas también demostraron que su verdadero hogar es el bosque y muy orondas caminaron, sin pausa pero sin prisa, bosque adentro.
Con acciones como esta CORTOLIMA demuestra el compromiso que tiene por preservar las especies que aún hacen parte de la biodiversidad del departamento, así como el esfuerzo que cada día hacen sus funcionarios por mejorar la calidad de vida de los animales que vivían en cautiverio y lejos de su hábitat.
Hormigueros y perezosos, no son osos

Por tradición y cultura en nuestro país se han llamado oso a los hormigueros y los perezosos, sin embargo Tinka Plese de la fundación Aiunau, entidad especializada en la rehabilitación de estos animales, da las siguientes razones por las cuales no pertenecen se les debe llamar osos.

Principalmente no pertenecen al grupo taxonómico de los osos pues estos últimos pertenecen a un grupo que se llama Urisides, mientras que los perezosos pertenecen al grupo de mamíferos placentarios más antiguos del nuevo mundo, los Endetados o Xenarthra, que comprende tres tipos de animales. Los perezosos, los hormigueros y los armadillos.
Son los últimos remanentes vivos de un gran grupo de especies que evolucionó en América del sur cuando era un continente aislado y que se caracterizan por que en su desarrollo evolutivo la parte lùmbal de su vertebra tienen selladas las vértebras, no son móviles.

Por eso desde la fundación Aiunau, que desde 1996 está trabajando por la preservación de estas especies se hace un llamado a la comunidad no solo para que sean llamados por su verdadero nombre, sino también para que se les respete su libertad.

